25 de septiembre de 2012

El tercer gemelo; Ken Follet


La acogió en sus brazos. Poco a poco, el cuerpo de Jeannie acabo perdiendo rigidez y acabó por apoyarse en Steve confiadamente.  Él le acarició la cabeza y después enroscó los dedos entre las ondas de la espesa mata de pelo oscuro. Cerró los ojos y pensó en lo fuerte y esbelto que era el cuerpo de Jeannie.

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