28 de noviembre de 2010

G.

¿Cómo decía aquella canción? A si era algo así “Aun recuerdo aquella noche…” Pues si, me acuerdo. Como si fuese una herida que nunca se cura. Como una cicatriz marcada, dolorosa a veces… Si eso es, así mismo. Y no entiendo. ¿Por qué ese recuerdo me invade ahora y no en otro momento? Joder, que susceptible estoy hoy. Bueno el caso es que a veces me duele, y otras no. Pero hoy es un día de esos amargos. Y lo recuerdo como si fuese ahora mismo, esas imágenes siguen grabadas en mi mente. Por eso cada vez que lo cuento o lo recuerdo es como si lo estuviese viviendo. Me estaba preparando. El tuenti encendido. La gente me habla. Mis amigas tienen plan, me gustaría ir con ellas pero tengo cena… Importante. Algún que otro pesado que me pide salir, joder, no me creo guapa ni nada pero que no se obsesionen tío… ¿Qué sujetador me pongo? ¿Tanga o braga? Es que no se qué tipo de noche será… Tanga, y este sujetador. Seguro que acierto y si no… ¡Pues nada estaré cómoda al menos! Dios no puedo esperar más, y es que a mí me mata el capricho de verte… Bueno el vestido ¿o mejor pantalón? No, vestido. El azul, ese me resalta el bronceado… La chaqueta marrón, si esa de verano, y el bolso también, marrón. El collar largo que me regalo mi hermano a juego con unos pendientes. No dudo sobre esto último, las sandalias que me regalo el… Maquillaje. A ver, solo los ojos como siempre. Eye-liner negro, sombra negra a juegos con un poco de plateado. Da un efecto de difuminado. Si así me gusta, poco y sin pasarse. Rímel y ya estoy, lista. Espero un par de minutos, apago el tuenti, lleno el bolso de cosas. Cosas necesarias, innecesarias, bonitas, nuevas, viejas… El móvil, listo. Las llaves, listo. Un paquete de Clínex, listo. La cámara, listo, por si acaso. Cacao para los labios, listo. Crema, listo. Un poco de colonia, listo Antes de salir de casa me doy crema, un toque de colonia y desodorante. Así con la crema el efecto de la colonia me dura más. Ese olor tan particular que tanto nos gusta, a él y a mí. Bajo, me monto en el coche. Un beso fugaz en los labios. Palabras, llenas de esperanza. Cuento historias, sobre gente que él conoce, sobre gente anónima, famosa… Vidas. Conduce, no habla. Más bien hablo sola. Tiene algo. Hoy no es noche de tanga. No e acertado, pero bueno. Supongo que cundo lleguemos me contara algo, espero… Un restaurante. Parece caro, es elegante, con clase. Llega la cena. Esta buena. Hablamos de todo un poco, como las mariposas, de flor en flor, nosotros de palabra en palabra, de tema en tema… Sonrisas que no dicen nada. Miradas que enseñan más allá de lo que muestran. Palabras educadas, amables… Ojos que observan sin saber nada, suponiendo lo peor. El rímel que corre por mi cara, lágrimas de cocodrilo, lágrimas suicidas. Un guantazo, toma esa. Jodete, me gustaría gritarte, y incluso acuchillarte. Me levanto veloz, sin decir una palabra. Salgo rápido. Es un cabrón y yo una ilusa, y él es que… Todo iba bien y de repente… Y no es que no me salgan las palabras adecuadas, es que me sobran, sobretodo insultos. Lo que no me sale es pensar, en cómo, en cuando tomo la decisión… Me lleva a casa. Se me hace eterno el viaje, y el conduce, mudo, dueño de sus pensamientos, sus deseos, sueños… Y yo, aquí. ¿Quién le ha dado derecho a arrebatarme todo esto que yo estaba viviendo? tengo que renovar mis sueños, pero por ahora, prefiero estar apaga o fuera de cobertura… Hemos llegado. “Gracias” Intento ser educada y esbozar un sonrisa. Al fin y al cabo, el se ha portado bien conmigo llevándome a cenar, diciéndomelo así, todo lo vivido… No tiene la culpa de no sentirse agusto ¿no? Y antes de abrir la puerta me echo a llorar, lo nota, me conoce demasiado bien. Subo a mi habitación, sin decir nada, callada, muda, pensativa… Cojo el móvil y las llamo, quiero que vengan, o igual voy yo. Me dicen donde están, me arreglo el maquillaje y voy. Necesito una birra, necesito hablar, llorar… Pasan días, semanas, meses… Cada uno más doloroso y oscuro que el anterior. Un invierno duro, y después la primavera… Entonces una fiesta. Lo veo, está solo. Llevo meses intentando acercarme y ahora que me había olvidado de él joder no… Bueno quizá me rechace, lo intento. Esta triste lo noto, bebemos hablamos. Me invita a una copa. Después de un rato lo cojo, lo agarro fuerte sacándolo del bar. Dejo a mis amigas plantadas. Una noche esplendida, yo muerta de frio tu tan educado y amable… Un beso, otro y otro más. Esta vez con más pasión. Noto como se pierde en mí, conmigo. Volamos alto, sin tener que subirnos a un avión, es como si tuviésemos alas… Una noche como ninguna otra. Todo lo que logre olvidar vuelve. Vuelvo a tener esa sensación de que si él no puedo, de estar imantada… Mis tripas vuelven a crujir por él. Insatisfecho vampiro. Un abrazo y más besos, una despedida. Caminos diferentes, cada cual por su lado y quizá vuelva ese sueño que me rompió.

No hay comentarios: